Descubre algunos consejos para desconectar en verano.
En verano, los días son más largos. Las actividades se multiplican. Y de forma paradójica, el cansancio puede ser a veces, más elevado. Queremos aprovechar cada día: el sol, la playa, los amigos, salir a cenar, ir a bailar, practicar deporte, leer, jugar, escribir, pintar… A veces parece que en verano trabajamos más que el resto del año. Por eso, es importante utilizar uno de los días de la semana para desconectar. Sino llegará Septiembre, y no habremos descansado lo suficiente.
Un día a la semana para desconectar en verano te ayudará, entre otras cosas, a:
- descansar y recuperar la energía que has utilizado durante todo el año,
- centrar y serenar la mente,
- meditar sobre las cosas de la vida que realmente te hacen feliz,
- conectar con tu mundo interior y conocerte, así, un poquito mejor,
- familiarizarte con la suave quietud del silencio,
- entablar una relación más próxima y auténtica con la naturaleza…
Y te preguntarás, ¿cómo es posible desconectar en verano?
Lo más importante es que tengas una motivación; algo que te incite a dedicar un día de la semana al auto desarrollo y la auto exploración. Cuando uno empieza a conocerse mejor, a tratarse mejor y a sentirse mejor, está fortaleciendo su mundo interior.
Esto le permite:
- entablar relaciones más profundas y sinceras con las personas que le rodean,
- vivir una vida más consciente y presente,
- lidiar con los problemas e imprevistos desde un estado más pacífico y menos violento,
- desarrollar el contento y el entusiasmo,
- disfrutar con mayor intensidad y menos aferramiento los placeres de la vida terrenal,
- entender la razón por la cual uno está en este lugar y el papel que le toca desempeñar.
Así pues, al tener una razón noble y elevada para desconectar un día a la semana, la tarea se torna más liviana. Durante esa jornada se puede:
- aprender a meditar, a reflexionar y a contemplar,
- escuchar música relajante, melodías delicadas, sonidos agradables,
- practicar la escritura espontánea (también conocido como “journaling”),
- dibujar, pintar, dejarse llevar por alguna actividad creativa,
- leer un libro inspirador,
- incorporar el ayuno intermitente,
- nutrirse de frutas y vegetales,
- evitar el alcohol, los alimentos ultraprocesados, refinados, salados, muy especiados…
- beber mucha agua, infusiones relajantes o zumos de frutas naturales…
- caminar en soledad por la naturaleza,
- practicar una clase suave de Yin Yoga o Yoga Restaurativo,
- contemplar el alba o el crepúsculo,
- darse un masaje, un tratamiento terapéutico o un auto cuidado facial,
- disfrutar de no hacer absolutamente nada,
- evitar las redes sociales, los correos electrónicos, Whatsapp…
- evitar tener mucho contacto con muchas personas diferentes: es un día para bajar el ritmo de la vida social.
Estas son algunas de las cosas que se pueden hacer para desconectar de la vorágine imparable y un tanto fatigosa de la vida en sociedad. No significa aislarse, sólo recuperarse. Recuperar la energía que desprendemos cada día, para recargarnos de vida y de alegría. Nos excedemos en todo: por eso nos sentimos, muchas veces, vacíos e insatisfechos. Este día de la semana que utilizas para desconectar te ayudará también a desarrollar humildad, serenidad y amor por la vida. No dejes que ésta pase volando: disfruta de cada momento y saboréalo con detenimiento.
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