Descubre los tips que te ayudarán a evitar los excesos poco saludables en verano.
En verano, los excesos poco saludables son moneda de cambio: aperitivos excesivamente salados, bebidas gaseosas y alcohólicas, cenas copiosas de madrugada, helados a diario… Estamos alegres, contentos, relajados y con ganas de aprovechar cada segundo para llenarlo de gozo y de placer. Creemos que al ser el único momento del año en el que disponemos de tiempo para descansar, todo se puede aceptar.
Sin embargo, según cómo nos comportemos en verano, podemos volver al trabajo desgastados o recargados. Famélicos de energía o llenos de energía. El verano debe ser una época de balance: equilibrar los pequeños caprichos de la vida, como un helado con la familia, con momentos de auto crecimiento, auto cuidado y aprendizaje, como elaborar una sopa de sandía con la familia.
De lo contrario, si sólo optamos por abusar de las típicas comidas de verano (chipirones y calamares, patatas en bolsa y aceitunas, paellas y mariscos, helados y horchatas…), nos encontraremos fatigados, desgastados, desprovistos de vitalidad...Con ganas de muchas siestas para recuperar las horas de sueño de la noche, las digestiones pesadas de las comidas tardías…
Debemos ser consciente del efecto real de los alimentos en nuestro cuerpo y saber balancearlos para sentirnos vivos y energéticos. Pecar de vez en cuando no es malo. Incluso es necesario: nos ayuda a alimentar nuestra parte emocional, nos conecta con nuestro recuerdos y memorias… Un aperitivo con amigos puede ser una gran recompensa tras meses trabajando con ahínco… Un helado con los niños puede ser un buen capricho tras jornadas intensas de tensión y escalofríos… Pero esto debe estar balanceado. Debe estar acompañado de días llenos de frutas frescas y verduras en crudo, de ensaladas con color y muchos sabor, de granizados naturales, frutales y refrescantes…
A continuación, te ofrecemos una serie de consejos para evitar los excesos poco saludables en verano:
- peca de vez en cuando, con moderación y un sentimiento de compasión: lo peor que puedes hacer es comer cosas “poco saludables” con culpabilidad y remordimientos. La sensación de "estar haciendo algo malo" y la represión interior son las auténticas toxinas de la vida, son grandes enemigas. Si de vez en cuando sabes que vas a estar expuesto a tentaciones como un aperitivo de quesos y embutidos, una paella de mar y montaña o helados de chocolate y de caramelo, recuerda que son momentos para satisfacer tus recuerdos y tratarlos, por lo tanto, con respeto. Celébralos, hónralos, disfrútalos y suéltalos. Sí, suéltalos. Suelta la culpabilidad, suelta el remordimiento: si lo haces muy de vez en cuando, ¿qué tienen de malo? Compartir momentos con los demás es fundamental. Satisfacer tu ámbito social es vital.
- opta por vegetales crudos y frutas frescas en todas tus comidas: para contrarrestar esos pequeños momentos “de pecado para el cuerpo”, es importante ingerir grandes cantidades de vegetales el resto del tiempo: gazpachos de sandías, sopas de melón, ensaladas de arroz integral o quinoa, fruta fresca y zumos verdes, infusiones heladas y aromatizadas con plantas… Son tantas las opciones, tan coloridas y versátiles, que no faltarán sorpresas si cocinas con consciencia. Existen mil tipos de hummus que puedes combinar con crudités, de patés vegetales que puedes tomar con crakers… Los supermercados están llenos de melones, sandías, nectarinas, papayas, mangos… La oferta es enorme: aprovéchala y repónte.
- toma agua con limón cada día: despertarnos con un vaso enorme de agua templada con zumo de limón exprimido alcaliniza y limpia tu cuerpo. Este brebaje diario será de gran apoyo durante el verano: una ayuda extra para tus órganos depurativos. Tras comidas muy saladas, demasiado variadas (en términos de combinación) y abundantes, los órganos filtro del cuerpo, como el hígado, se congestionan: el zumo de limón les ayudará en el proceso de depuración. Si además, agregas un ayuno de entre 12 a 16 horas, el proceso de limpieza del cuerpo será más completo.
- no acudas a ningún evento social con la barriga vacía: a diferencia de lo que muchos piensan, para evitar los excesos poco saludables en verano, no debemos acudir a reuniones sociales con el estómago hambriento. ¿Porqué? Porque si dejamos de desayunar para ir con hambre al aperitivo, atracaremos, literalmente, ese aperitivo. En cambio, si nos hemos alimentando correctamente en la comida previa a la siguiente, estaremos satisfechos y picaremos aquello que realmente nos pide el cuerpo.
- no abuses de las bebidas alcohólicas, optas por tés o infusiones heladas: otra opción muy recomendable para evitar los excesos poco saludables en verano es reducir el consumo de bebidas procesadas, gaseosas o alcohólicas, y tomar infusiones o tés naturales y refrescantes. Esto creará, inmediatamente, un efecto detox en el cuerpo, ayudando a que el sistema digestivo procese con más rendimiento los alimentos. Pequeños sorbos a lo largo de la jornada te mantendrán hidratado y restaurado: recuerda que la clave está en no abusar, en disfrutar de los pequeños placeres de la vida con consciencia e inteligencia.
Existen muchas opciones para evitar los excesos poco saludables en verano y aprender a gestionarlo con equilibrio y cuidado: practicar deporte a diario, conectar con la naturaleza a diario, meditar, escribir, reflexionar o realizar cualquier actividad creativa que alimente tu alma y te satisfaga…
A veces comemos por sentirnos vacíos de amor. Si llenamos ese vacío de nuestro propio amor, no tendremos tantas ganas de comer cosas que satisfagan nuestras ansías.
Haz que tu verano sea un momento para desconectar, para recargar energía y vivir con más alegría. Disfruta de la familia, de los amigos, de la naturaleza y el buen tiempo, de los libros que no has tenido tiempo de empezar, de las actividades que han quedado pendientes realizar…
El equilibrio entre los pequeños caprichos emocionales (únicos y memorables por su carácter esporádico) con dosis de pura energía, vitalidad y chispas (a través de las dietas limpias, las actividades restaurativas y creativas, las conversaciones edificantes…) convertirá tu verano en un auténtico milagro. No desperdicies tu vida; vive cada segundo que ésta te brinda.
Si eres de esas personas que necesita un apoyo extra, te recomendamos esta maravillosa meditación, titulada "Celebra el verano de tus sueños".
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