La importancia de practicar gratitud: sencillos consejos que darán una nueva perspectiva a tu vida.
La gratitud es un término maravilloso que se relaciona con emociones tan bonitas como la felicidad y la unidad; con valores tan inspiradores como la justicia y la solidaridad.
Sin embargo, es una virtud que suele escasear en la sociedad occidental.
La gratitud es un sentimiento que requiere de predisposición mental y apertura emocional. Es muy complicado despertar dicha sensación si el individuo está embotado o malhumorado.
Pero existen diferentes prácticas, muy sencillas, que nos pueden ayudar a despejar la mente y agradecer de forma consciente:
- Darse el tiempo y el espacio necesarios para observar el momento presente: sin estos dos requisitos, es complicado transformar emociones negativas como la cólera o la envidia en sentimientos de gratitud y de compasión. Uno debe estar dispuesto a hacer una pausa cada día para contemplar lo que ocurre en su interior, calmar la vorágine de pensamientos y una vez en quietud, despertar sensaciones agradables como la gratitud o el amor. Uno debe desarrollar ecuanimidad y paciencia para dejar que las tormentas emocionales dejen paso a los mares calmados de la paz y poder así pensar en todas aquellas cosas tan maravillosas por la que se siente agradecido.
- Agradecer todo lo que tenemos en este momento: cuando uno ha logrado conectar con su propia serenidad, tiene la bellísima oportunidad de dar las gracias por todas aquellas cosas que le hacen feliz en ese momento. Puede ser la simple sensación de respirar. O los bellos rayos de luz que iluminan el rincón de algún lugar. La sonrisa de una persona desconocida. El canto de un pájaro. La quietud de un árbol. La profesión que uno ama y ejerce. El amor que encuentra al llegar a casa, etc. Existen infinidad de cosas por las que debemos estar agradecidos a cada momento. Y muchas veces, son las más sencillas las que nos ponen realmente contentos.
- Practica la gratitud a diario: no basta con estar agradecido una vez a la semana. Eso sólo tiene un efecto momentáneo. La gratitud es una virtud que debe cultivarse a diario: sobretodo al despertarnos y antes de acostarnos. Empezar la jornada agradeciendo las cosas maravillosas que se encuentran a nuestro alrededor esculpe una mente optimista para el resto del día, además de incrementar nuestra energía y vitalidad. Dar las gracias al irse a la cama facilita el sueño profundo y reparador y aumenta la autosatisfacción.
- Expresa gratitud en voz alta: siempre que se nos ofrezca la oportunidad, debemos expresar nuestra gratitud a los demás. Esto no sólo aumenta la sensación de plenitud y contento en nuestro interior, sino que tiene un efecto transformador en nuestro entorno. Ser agradecido es siempre bienvenido;
cualquier individuo se siente mejor si se rodea de personas agradecidas. Por lo tanto, expresar gratitud en voz alta tiene un efecto curativo doble: puede sanar al interlocutor pero también al receptor.
- Lleva un diario de gratitud: escribir todas aquellas cosas tan maravillosas que nos hacen ser mejores personas es fundamental para hacer de la gratitud un hábito cotidiano. Podemos empezar anotando 3 cosas cada día al finalizar la jornada: esto nos ayuda a reflexionar mejor y ser más conscientes de todo aquello que a nuestros ojos tiene valor.
- Redirige tus pensamientos: aunque sea la práctica más complicada, también será la que determine si nuestros esfuerzos por ser más agradecidos están siendo auténticos. Cuando las cosas no ocurren como nosotros queremos, cuando nos sentimos disgustados o coléricos, debemos aprender a respirar más pausadamente y contemplar esos pensamientos negativos en nuestra mente. Decir gracias puede incluso convertirse en un calvario. Es, sin embargo, en ese momento, cuando uno debe estar atento y tener las ganas suficientes de hacerlo. Siempre hay dos perspectivas diferentes ante la vida: considerar los obstáculos como enemigos o como aliados. Podemos sentir agradecimiento por las piedras que entorpecen nuestro camino; ellas también pueden ser quienes nos acerquen al objetivo.
- Da sin esperar: hacerle un favor a alguien sin esperar nada a cambio, simplemente por el hecho de ayudar o crear felicidad, es una acción muy placentera para nuestra consciencia. Ser agradecido por tener la oportunidad de ayudar, de dar y de hacer sonreír a los demás es una práctica muy poderosa
y transformadora, que nos llena de paz y de serenidad. De quietud y plenitud.
¿Cómo puedo ser agradecido en la práctica de Yoga?
La práctica de Yoga es un momento ideal para dar las gracias. Cada movimiento ejecutado, cada respiración tomada pueden ser fuentes de puro agradecimiento. Siempre que tengamos la posibilidad, debemos sentirnos agradecidos por el hecho de poder respirar y mover nuestro cuerpo. Agradecidos
por tener un instrumento tan bello que nos permite sentir sensaciones únicas en la esterilla. Sin eso, el sadhana no tiene efecto.
Si nos encontramos en la postura de chaturanga, por ejemplo, debemos ser capaces, poco a poco, de contemplar con amor y compasión el temblor de nuestros brazos o el peso incómodo de nuestras caderas. Debemos ser capaces, a medida que practicamos, de distanciarnos de pensamientos como: “necesito salir de aquí”, “odio esta postura”, “no puedo más”, para sentir el cuerpo vibrando en ese preciso momento. Y dar las gracias porque la asana, aunque retadora, es también sanadora.
Debemos recordar que la práctica de Yoga alienta este hábito a través del valor de santosa: ser capaces de desarrollar un sentimiento de contento y felicidad por lo que se tiene a cada momento, aunque a veces esto no agrade a nuestro ego. Dar las gracias por cualquier sentimiento o emoción, por cualquier malestar o dolor es vital para evolucionar en la senda espiritual.
La vida es un lugar maravilloso, lleno de milagros y de cosas bonitas que no deben ser pasados por alto porque estamos disgustados o enfadados. Al fin y al cabo, en nuestras manos se encuentra otro gran milagro: la posibilidad de esculpir la realidad a cada momento. Practicar la gratitud a diario nos ayudará a construir una vida de luz y de sosiego, de satisfacción y de amor pleno. Debe ser, pues, cultivada a cada momento.
Muy buen contenido y muy inspirador. Gracias :)
Agradecimiento por compartir artículos de una práctica tan positiva
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