Descubre algunos tips para mantenerse en forma durante el verano.
Mantenerse en forma durante el verano puede ser complicado. El ocio y el descanso toman protagonismo durante esta época del año. Después de duros meses de trabajo, de estrés mental y laboral, buscamos en el verano numerosos auto regalos: hacer todo aquello que nos procura placer se convierte en nuestra razón de ser.
Sin embargo, para sentir auténtica felicidad se necesita estabilidad. Para vivir con alegría, con el sentimiento de estar en vida y con grandes dosis de energía, es muy importante aceptar y convivir con todas las caras de la vida. Mantenerse en forma durante el verano no debe ser algo duro ni complicado. Todo lo contrario.
Ejercitar el cuerpo en verano es muy adecuado, pues:
- realza nuestro contento,
- nos mantiene saludables y esbeltos,
- mejora nuestra autoestima,
- aviva nuestro poder y energía,
- nos brinda paz y bienestar,
- nos da equilibrio y estabilidad,
- mantiene nuestra voluntad impoluta,
- alimenta nuestro deseo natural de crecer y mejorar,
- combate la pereza y la inercia,
- compensa todos los caprichos merecidos que consumimos…
Además, saber compaginar los momentos de ocio y de descanso con los momentos de trabajo y de crecimiento personal nos brinda algo muy especial: una sensación de armonía real. Un sentimiento de dicha celestial. Nos sentimos completos y llenos. Estables y centrados.
Para mantenerse en forma durante el verano, es importante fijar una pequeña rutina diaria (o casi diaria).
Dedicar un tiempo específico del día para ejercitar el cuerpo según los deseos del momento.
No es necesario seguir una práctica fija y cerrada: al revés.
Es mejor aprovechar el clima agradable y combinar diferentes actividades.
Puedes ir a caminar por la playa o recorrer montañas. Puedes trotar paseos o rodar por senderos. Puedes practicar Yoga o surfear olas. Puedes hacer todas estas cosas en diferentes horas.
Esta forma de organizarte se basa en la improvisación desde la convicción de una férrea intención. De esta manera, no sentirás la opresión u obligación que a veces genera la rutina diaria. Si algo nos atrae del verano, es su espontaneidad y sensación de libertad.
Puedes hacer lo mismo con tu práctica deportiva: haz que sea libre y espontánea. Intuitiva y adaptable. Si un día sientes ganas de correr, hazlo, pero sin la presión de repetirlo a diario. Se indulgente con tu cuerpo: él rinde más cuando te sientes contento. En paz, sin presión ni miedos. Con una finalidad amorosa y no odiosa.
¿Qué puedo hacer si la pereza es demasiado grande?
Lo primero de todo es aceptarla. Sentirla. Observarla. Y entenderla. No luches contra esa sensación. Acógela en tu cuerpo, obsérvala con detenimiento y suéltala sin miedo.
En vez de realizar algo intenso, puede optar por algo más lento. En vez de ejercitarte durante una hora, puedes optar por media hora. Existen muchas maneras de tratar con la pereza: la compasión es una de ellas.
Escuchar tu cuerpo es fundamental para sentirte completo. El verano no está hecho para generar más tensión en tu corazón. El verano está hecho para salir de tu zona de confort. Para vivir con más espontaneidad y libertad. Para disfrutar de cada momento y aceptarte sin miedo.
Mantenerse en forma en verano es un juego, no fuente de sufrimiento. Disfruta del tiempo, de tu cuerpo y del movimiento. Ajústalos a cada momento. Se libre y ligero como el viento.
Y si sientes que es demasiado, no te preocupes. La pereza física puede ser un síntoma de cansancio real: entonces lo mejor será descansar. Deja que tu intuición te guíe a diario: recuerda que el verano está para celebrarlo. Que cada día es un milagro. Que tú eres un ser muy sabio.
Confía en ti y disfruta del vivir. Con todo lo que conlleva. Con amor y sin condenas.
Fotos: @Yuli_Yoga_Pilates
Redacción: Mae Knapnougel
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