Descubre algunos consejos de Mindfuleating para comer sano durante las Navidades.
La Navidad es un momento del año donde solemos desbocarnos. Son tantos los compromisos sociales y reuniones familiares, son tan exuberantes los aperitivos y platos, tan tentadores los postres y tan chispeantes las bebidas, que es muy complicado mantener el cuerpo en equilibrio. En su centro. En su estado más puro y ligero.
Sin embargo, no está todo perdido: existen algunos principios naturales y muy simples para cambiar el funcionamiento de la mente y no verse arrollado por la abundancia explosiva de la gastronomía navideña.
El mindfuleating es la puesta en práctica de nuestra atención y consciencia en el acto tan placentero y también esencial de comer. A través de una mirada más auténtica y real sobre lo qué significa el término “comer”, a través de la respiración y la contemplación, uno puede disfrutar de la Navidad sin ganar unos kilos de más. Sin sufrir indigestión o comer sin atención.
La comida es sagrada: y desafortunadamente sólo una minoría tiene acceso a ella. La comida es vida: y lamentablemente, la gente la utiliza para enterrarse en vida.
Para las personas que practicamos el mindfuleating, comemos para nutrirnos de forma adecuada, mantener el cuerpo en su estado más óptimo y sano, y respetar el entorno que nos rodea y permite que nuestra vida sea.
A diferencia del mundo actual, lo primordial no es el placer: sino ingerir los elementos adecuados para mantener el cuerpo puro y equilibrado.
El segundo principio fundamental es que comer no debería dañar el ecosistema; deberíamos adaptarnos a él. Ser lo suficientemente humildes para aprovechar lo que la tierra nos ofrece a cada momento, respetando sus tiempos y armonizándonos con su proceso. Eso significa seguir una dieta estacional, y a ser posible un contribuir en el consumo local. Evitar la polución de aviones que traen mercancías de la lejanía; dejar de invertir para empresas que sólo buscan sus propias ganancias; apostar por el granjero de la comarca, el campesino vecino o el mercado del pueblo.
Finalmente, el tercer principio es aceptar que comer es fuente de placer pero sin apegarse a él. Disfrutar del acto no es nada malo, todo lo contrario. Dedicar nuestra atención y apreciar cada bocado forma parte de la nutrición; es fuente de salud. El problema está cuando el acto de comer se convierte en una obsesión, en fuente de sufrimiento o en un sustituto para el aburrimiento. No comemos para pasar el tiempo, comemos para servir a cualquier individuo. Para cumplir con nuestro designio. No comemos para llenar un vacío, comemos para nutrir ese vacío. Para aprender a lidiar con ese vacío. Para desaprender lo que nos han dicho y aprender de lo que hemos vivido.
Así pues, parece que comer desde la perspectiva del mindfuleating no encaja con la Navidad, que ser conscientes de lo que llevamos a nuestra boca y de cómo lo masticamos y nos relacionamos, es imposible durante esta festividad. Eso no es verdad.
A continuación tienes una serie de ejercicios muy sencillos para comer sano durante las Navidades y no caer en la tentación de comer sólo por placer, sino también para ser.
- Ten el valor, si eres anfitrión, de colocar platos saludables y estacionales en tu comida de Navidad. Existen un sinfín de recetas sanas que pueden crear una Navidad atípica y colorida en tu casa. En el caso de que no seas tú quien organice la comida, no pasa nada: tienes todo el derecho a traerla de tu propia casa. Utilizando la sinceridad y la bondad, puedes dialogar con el encargado de festejar la Navidad y explicarle las razones por las cuáles no comerás lo estipulado. Al fin y al cabo, estas fiestas están ideadas para compartir momentos de amor con los demás: y mediante una alimentación sana, tanto el cuerpo como la mente, se sienten más predispuestos a disfrutar de ese momento. No tengas, pues, miedo a no seguir lo establecido. Puede incluso que seas fuente de inspiración y en las próximas fiestas, veas a más de uno comer con atención.
- Aprende a estar en silencio en medio del diálogo externo. Durante esta época del año, lo que más abundan son las palabras y el diálogo: eso nos dificulta el comer con presencia, pues recibimos mil estímulos sin darnos cuenta. Sin embargo, a través de la respiración y de tu predisposición, puedes crear silencio en tu interior para seguir degustando los platos sin tener que estar constantemente dialogando. Abstráete unos momentos de la conversación, lleva tu atención al cuerpo, y siente como masticas el alimento. Puede que alomejor necesites hacer alguna pausa para escuchar; no pasa nada. Una vez finalizado el intercambio, vuelve a tu silencio y saborea con deleite ese maravilloso bocado. Si algo bueno hay en Navidad, es que la sobremesa se alarga hasta el alba: no tengas prisa por acabar, disfruta de comer en silencio y de dialogar.
- Para evitar comer en demasía, utiliza tu energía. Cuando sea el momento de comer, presta atención a cómo la energía del alimento va nutriendo tu cuerpo. Evita los grandes bocados; opta por pequeños trozos y mastícalos con cuidado. Recuerda que el estómago no tiene dientes: haz que esos mismos dientes cumplan con su labor y verás como antes de lo previsto, quedarás saciado. Que en vez de comer tres platos, con uno quedarás contento y satisfecho. Respirar de forma natural y suave entre cada bocado te ayudará a sentir el proceso de ingesta que estás realizando; a ser consciente de cómo tu estómago se va llenando. No busques la solución en pastillas que reducen el apetito, pues el control de tu cuerpo reside en la respiración. Ella sabrá decirte cuándo es suficiente.
- Si te sientes aburrido, no optes por la comida; disfruta de tu sonrisa. Otro elemento que puede ayudarte a no comer por falta de interés es practicar la sonrisa consciente. Cuando uno permite que las comisuras de sus labios se eleven, sus pómulos se acerquen a los ojos, y una suave y bella sonrisa se dibuje en su rostro, siente una felicidad natural que puede sustituir la desgana provocada por tantas horas de conversaciones mundanas. Mantener esa posición y respirar en ella puede ayudarnos a transformar el aburrimiento en un momento de crecimiento. Transformar el cansancio en un momento de contacto. De contacto con la vida. Del estado de alegría. Además contribuirás de esta forma a elevar la energía de los demás: puede que más de uno se contagie de tu sonrisa y transforme su propia desidia en una risa.
Estos son algunos consejos para mantener el cuerpo sano y ligero durante las Navidades. Algo importante es tener el coraje de hacerlo sin miedo. Con naturalidad y espontaneidad. Jamás por obligación y sin provocar dolor. Comer saludable no debe ser sustituido por el temor a quedar mal ante el otro: todo lo contrario. Cuando uno se nutre de alimentos puros y energéticos, nutritivos y vitamínicos, está actuando por el bien de todos. Por respeto a su entorno.
El mindfuleating puede ayudarte en tu día a día; pero también es fundamental mantenerlo cuando sales de la rutina. Si uno se relaciona desde el amor y la humildad con esta práctica sanadora, la mantendrá en cualquier festividad. Será su aliada durante toda la Navidad.
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