¿Qué es el Mindfuleating y cómo aplicarlo a tu día a día?

Descubre el significado real de “mindfuleating” y aprende a ponerlo en práctica en tu día a día.

El Mindfuleating, también conocido como “alimentación consciente”, es una práctica espiritual y a la vez empírica para aprender a comer de manera presente. Es una herramienta que nos ayuda a penetrar la esencia auténtica de las cosas: en este caso, la de los alimentos y todo lo que representan a nivel físico, mental, emocional y energético.

Los tiempos frenéticos que vivimos actualmente nos han alejado del auténtico significado de la vida: entendernos y auto conocernos, trabajar nuestro don interno y elevar nuestra existencia para servir al mundo entero.

Encadenamos una tarea tras otra, engullimos un alimento tras otro, conversamos sin ningún propósito, Muchas veces, incluso, actúamos para llenar espacios en blanco… El ruido estridente de los coches o las obras se ha convertido en la banda sonora de la mayoría de nosotros. Y así, nos perdemos los milagros de la vida y nos alimentamos, sin parar, de innumerables toxinas. Las tinieblas de la ignorancia y la ausencia de vitalidad se apoderan, entonces, de nuestro cuerpo y apesadumbran nuestra mente.

La práctica del Mindfuleating viene a enseñarnos algo muy importante: pausarnos, respirarnos y nutrirnos. Nutrirnos de alimentos físicos y de pensamientos positivos. Entender el origen de lo que consumimos y participar en la creación de un mundo idílico.

¿Qué es, pues la práctica de Mindfuleating?

Es la toma de consciencia del auténtico valor del alimento y la puesta en práctica de la atención plena para consumirlo con presencia.

Comer ya no se considera como un simple trámite; comer se convierte en un ritual para alimentarse y curarse.

¿Cómo puedo empezar a ser consciente de lo que como y cómo lo como?

• Tener el valor de dedicar un tiempo sagrado a la comida: el primer paso para hacer de la práctica de mindfuleating una costumbre diaria es saber si realmente disponemos de las ganas y motivación suficientes para pausar nuestro ritmo de vida y dedicarnos a explorar sus maravillas. Uno de los fundamentos de esta actividad es la lentitud y la quietud: el mindfuleating nos enseña a comer más despacio, a saborear cada bocado, a observar las sensaciones que genera el alimento en nuestro cuerpo, las emociones que despierta en nuestros adentros… Es estar comprometidos al 100% con el acto de comer y por ende con el momento presente. Al principio, deberás sacrificar tus horas de televisión para comer con más amor. O priorizar la auto exploración al intercambio mundano con el mundo exterior. Alomejor debes reducir el tiempo que dedicas al teléfono e invertirlo en cocinarte con amor y nutrirte con respeto. Es importante que entiendas que al ser algo nuevo, puede dar miedo. Pero sólo podemos cambiar nuestra forma de pensar cambiando nuestra forma de actuar. De lo contrario la vida seguirá siendo la misma.

• Tener el coraje de sentarse en silencio frente al alimento: otro pilar importante es saber que de vez en cuando, uno debe silenciar momentos de su día para conectar con su realidad más prístina. Esto no significa que debamos comer siempre en silencio: esto quiere decir que cuando comemos no estamos consumiendo otros estímulos externos. Que cuando comemos no estamos mirando el teléfono. No estamos viendo las noticias o hablando de lo que haremos luego. Para poder beneficiarnos del mindfuleating, debemos comer en silencio, de vez en cuando. Dedicar nuestra atención a los movimientos que efectuamos, como masticamos, lo que saboreamos y lo que pensamos. Para empezar, no es necesario hacerlo con un plato completo: algunos bocados son suficientes. Una pieza de fruta a media mañana. O una crema de verduras por la noche. No son recomendables los cambios repentinos: son más valiosos y efectivos los actos pequeños realizados con amor e ilusión. La respiración puede ser una herramienta muy valiosa en el arte de comer con presencia: intercalar los bocados con pequeñas pausas para respirar de forma natural nos enraizará cada vez más. 

• Tener la intención de vivir el proceso con paciencia y sin exigencias: algo que diferenciará al practicante exitoso del quejumbroso es la voluntad de aceptar los retrocesos. En toda práctica nueva, se dan pasos hacia delante y hacia atrás. Para aprender a andar, un niño debe caerse y levantarse constantemente. Lo mismo debe pasar con la práctica del mindfuleating: comeremos en silencio un par de veces, y otras veces engulliremos de manera inconsciente. Centraremos el tema de conversación en el milagro que representa nuestro plato y en otra ocasión, nos dejaremos llevar por las novedades que nuestro compañero de mesa quiere contarnos. Si no respetamos nuestra imperfección, jamás podremos aspirar a la perfección. Si no nos perdonamos al equivocarnos, no podemos seguir dando pasos. Todo error debe ser bienvenido y analizado: al indagar sobre su razón original, podemos comprender con inteligencia y sapiencia aquellos elementos que nos desconectan y tratarnos, en un futuro, con más benevolencia. Si tu costumbre es comer conversando con tu familia, difícilmente podrás imponer el silencio de la noche a la mañana: el mindfuleating no se trata de eso. Es mejor proponer la intención de enfocar toda la conversación en el agradecimiento, en el sabor de los alimentos, en lo milagroso que resulta el acto de nutrirse y en todo lo que se está sintiendo al generar este acto nuevo.

• Tener las ganas de compartir esta experiencia: para que la práctica sea exitosa, son aconsejables varias cosas. Anunciar a nuestro entorno la intención de incorporar el mindfuleating en nuestro día a día es importante. Debemos sentir que los demás, aunque no lo entiendan, respetan nuestra decisión; de lo contrario puede ser complicado. Saber que nuestros seres queridos, nuestros amigos o compañeros de trabajo están al tanto de este asunto nos hará sentir bien: podremos realizar nuestro pequeño ritual silencioso con más tranquilidad y plena libertad. Además, puede que les entre la curiosidad y también lo quieran probar. En este caso, el milagro es doble: no sólo hemos tenido el valor de acallar nuestros miedos y comer en silencio, sino que lo hacemos compartiendo ese manantial de quietud y de paz con los demás. Estar juntos, compartiendo alimentos saludables, nutriéndonos con consciencia y sin necesidad de intercambiar palabras, es algo mágico. Además, tampoco es necesario practicarlo siempre en silencio. Dirigir la temática de la conversación entorno a la comida también es practicar mindfuleating: a través de la energía de la palabras, enfocamos nuestra mente en la comida y compartimos nuestras sensaciones y sonrisas.

El mindfuleating es, en definitiva, una práctica para vaciar la mente de etiquetas y prejuicios, para trabajar la concentración y la gratitud, para nutrir el cuerpo y alimentar el alma.

Para ofreceros una experiencia vivencial y auténtica entorno a esta práctica espiritual, compartiremos con vosotras un Taller de mindfuleating en nuestro Instagram Directo el próximo Sábado 20 de Febrero a las 12:30h de la mañana. Será sostenido por @mae.mindfulyoga quien lleva 4 años practicando mindfuleating cada día. Sólo necesitaréis un espléndido y maravilloso aguacate: se convertirá en todo un milagro.