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Alimentación Minimalista: ¿qué es?

Descubre la alimentación minimalista y disfruta de todas sus maravillas digestivas.

Alimentación Minimalista

“en las cosas sencillas se encuentra la magia de la vida”

¿Qué es la alimentación minimalista?

Una alimentación minimalista se basa en la teoría del menos es más. Y esto no significa comer menos cantidad de alimentos. Esto quiere decir que en vez de comer diez alimentos diferentes en un mismo plato, se comen cuatro alimentos distintos, de muy buena calidad y con enzimas digestivas similares.

De esta manera, permitimos que la digestión sea más ligera. Según numerosos estudios científicos, tener una digestión ligera y liviana nos permite absorber mejor los nutrientes, utilizar la energía para reparar células y tejidos desgastados, concentrarnos mejor y ser más creativos.

¿Sabías que los líderes más exitosos suelen tener sus reuniones importantes en ayunas?

Ellos dicen que para realizar tareas que requieren de concentración, perspicacia y creatividad, es importante disponer de toda su energía para imaginar, reflexionar y planificar. Al estar en ayunas, se sienten más enfocados, con los sentidos más agudizados y una cantidad más elevada de energía creativa.

Una dieta minimalista tiene un efecto muy parecido al ayuno. Aunque se requiere de energía para digerir los alimentos ingeridos, su cantidad es mucho menor que la que utilizaríamos en una comida convencional. Es como la meditación: cuantas menos distracciones tengamos, más nos reseteamos y recargamos.

Además, si a esto le añadimos la teoría de la combinación de los alimentos, acuñada por el doctor neoyorquino William Howard, el resultado es muy fructífero: rendimos mejor, tenemos más claridad mental y nos beneficiamos del equilibrio emocional.

¿Cuáles son los beneficios de la alimentación minimalista?

Beneficios de Alimentación Minimalista

Según varios estudios científicos, lo importante no es la cantidad de alimentos que se encuentra en una de las comidas del día, sino la calidad de esta comida.

Si a lo largo de tu jornada, ingieres grasas saludables, proteínas, carbohidratos, vitaminas, minerales y enzimas, y sabes combinarlas para tener digestiones livianas, la alimentación minimalista es muy fácil y sana.

Utilizar de tres a cuatro alimentos diferentes en cada una de las comidas te permite:

  • absorber mejor los nutrientes,
  • dedicar más energía a reparar células oxidadas o tejidos dañados,
  • mantener una mente más tranquila y enfocada,
  • moverte con soltura y sin pesadez,
  • evitar el hinchazón de barriga o los gases,
  • sentirte emocionalmente más equilibrado y estable…

Es importante entender que esto no es una dieta, sino más bien una herramienta. Un utensilio que utilizas para ingerir alimentos de forma óptima y efectiva.

La teoría de la combinación de alimentos.

La alimentación minimalista combina muy bien con la teoría de la combinación de los alimentos. Esta filosofía de vida surgió a principios del siglo XX durante el movimiento higienista.

Según la teoría (y recuerda que todo debe ser experimentado para poder construir tu propio criterio sobre las cosas que se prueban y estudian científicamente) los alimentos requieren diferentes tiempos y enzimas para ser digeridos.

Algunos crean medios alcalinos en el organismo, mientras que otro generan ambientes más ácidos en el cuerpo..

Cuando ingerimos diferentes alimentos sin ser conscientes de su naturaleza enzimática, creamos un ambiente neutro en el organismo que inhibe y retrasa el proceso digestivo.

Esto puede generar fermentación de azúcares y putrefacción de proteínas en el estómago, provocando gases, inflamación y otros síntomas de indigestión.

Así pues, para lograr que nuestra alimentación sea óptima, sencilla y reparadora, es interesante seguir estas pautas:

  • comer únicamente cuando se sienta hambre real: es decir, cuando sentimos que el estómago está vacío y nuestro cuerpo nos pide ingerir alimentos para seguir viviendo,
  • comer un sólo alimento concentrado a la vez: es decir, optar o por proteínas o por carbohidratos en un mismo plato. Idealmente y según sus tiempos de digestión, es mejor tomar los carbohidratos por la mañana o al mediodía y las proteínas por las noches, pues éstas tardan más en ser digeridas y absorbidas,
  • incluir vegetales sin almidón en todas las comidas, salvo con la fruta: esto nos ayudará a digerir y absorber mejor los nutrientes de los alimentos concentrados. Por ejemplo, es muy óptimo combinar verduras ricas en vitamina C, como el pimiento amarillo, con proteínas vegetales ricas en hierro, como las lentejas…
  • combinar las grasas saludables con proteínas o almidones: este macro nutriente puede emparejarse con las proteínas, los carbohidratos o las hortalizas, pero no con las frutas,
  • comer la fruta sola: en el desayuno, durante los snacks o en un monomeal.

Esta teoría sigue estudiándose con mucho ímpetu por la ciencia, y aunque aún no evidencia cierta, la cantidad de personas que atestiguan sobre sus beneficios crece cada día más. Muchos nutricionistas y coaches de salud lo aplican en su día a día, por sus efectos positivos, por su sencillez y minimalismo.

No son necesarios platos sumamente elaborados para ser sanos: tres o a cuatro alimentos de alta calidad nos pueden aportar gran longevidad.

Mindfuleating para disfrutar los sabores sencillos y genuinos.

Qué Es la Alimentación Minimalista

Finalmente y para acabar, queremos proponerte un pequeño ejercicio de mindfuleating para conectar con el sabor de los alimentos y observar los efectos que tienen en tu cuerpo.

La alimentación minimalista aboga por utilizar este momento para aminorar el ritmo de la mente y vivir el momento presente. En esta ocasión lo haremos con un snack de media mañana, como pueden ser las frutas o los frutos secos. Puede ser practicado en el trabajo, en casa o en la escuela.

Siéntate en una postura cómoda, sobre el respaldo recto de una silla y con los pies en contacto con el suelo. Si tienes la oportunidad de cambiar de espacio, dirígete hacia un lugar agradable y tranquilo.

Empieza a realizar suaves inhalaciones y exhalaciones. De forma natural. Sin manipular absolutamente nada.

Lleva tu atención hacia el estómago y siéntelo. Conecta con tu hambre física, con la que realmente necesita ser nutrida.

Abre los ojos y contempla tu snack: sus colores, los olores, las texturas y las formas… Deja que tus sentidos se focalicen.

De forma suave y lenta, con un cubierto o la mano toma una pieza de fruta o fruto seco y llévalo a tu boca.

Mastícalo con lentitud. Disfruta de los sabores. Las texturas. Los ruidos dentro de tu boca. Ves tomando, una a una, pequeñas porciones conscientes.

Algo que puede ayudarte a la hora de implementar esta práctica, es dejar tus manos descansando sobre la mesa o el regazo entre cada bocado. Y recuerda, que cuando te notes saciado, debes parar. Acabar con este ritual. Y retomar tus tareas familiares, estudiantiles o laborales, nutrido y relajado. Energizado y vigorizado.

Mae Knapnougel


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