Descubre algunos consejos para practicar Yoga en verano.
En verano, la práctica de Yoga puede ser un tanto fatigosa. El calor torna más pesado el cuerpo. Los líquidos se retienen con más frecuencia. Y aunque los músculos se estiran con mayor facilidad, la mente puede sentirse más cansada.
Es completamente natural. El calor cansa. Agobia.
Pero eso no significa que debamos dejar de practicar Yoga. Todo lo contrario.
Uno de los principios del Yoga es el de realizar las cosas que más nos cuestan, para poder liberarnos de ellas. Si huimos de lo que no deseamos hacer, seremos prisioneros de nuestros propios gustos y aversiones. Si nos evadimos cuando las cosas se complican, jamás sabremos estar en paz frente a los problemas del día a día.
Por eso es importante tener el valor de experimentarlo todo. De realizar las cosas que nos gustan pero también las que nos disgustan.
Hay personas que aman practicar con calor. Otras se sienten agobiadas y fatigadas. Ninguna de las dos posiciones es mejor que otra; son simplemente diferentes. Y esto nos demuestra que lo que a unos gusta a otros disgusta. Y que por lo tanto, no existe una realidad última.
Así pues, para las personas que se sienten abrumadas por el calor, os compartimos una serie de consejos para practicar Yoga en verano:
- Colócate en la sombra: ya sea en un shala, en un parque, en la playa o en casa, siempre puedes encontrar un rincón con sombra. Eso te ayudará a sentirte más fresco, menos expuesto al calor, y más en paz con tu interior. El día a día es de por sí complicado; te invitamos pues, a que crees o te sitúes en un espacio agradable para practicar Yoga en verano. En el rincón sombrío de tu sala de Yoga, debajo de la copa de un árbol, en la habitación más fresca de tu casa…
- Bebe agua antes de empezar la práctica: un vaso o dos de agua fresca, con limón o pepino, jengibre o menta, puede aliviar tu sensación de calor y bajar la temperatura de tu interior.
- Practica Sitali Pranayama: antes de comenzar con la secuencia de asanas, puedes practicar Sitali Pranayama. Esta técnica de respiración tiene un efecto refrescante en el cuerpo. Para realizarla, colócate en Sukasana o una postura de meditación cómoda (puedes apoyarte sobre un cojín, una manta o un bloque). Mantén la espalda erguida y los hombros relajados. Para realizar este pranayama, debes enrollar la lengua y sacarla hacia afuera como si fuera un tubito. Inhalas por la boca a través de la lengua, retienes la respiración y exhalas por la nariz. Inhala en 4 segundos, retén el aire en 4 segundos (salvo si estás embarazada) y exhalas en 4 segundos. Repítelo 10 veces y si tienes ganas puedes hacer hasta 20 respiraciones seguidas con estas cuentas.
- Utiliza ropa cómoda y ecológica: los materiales naturales absorben mejor la transpiración. Además utilizar una ropa holgada te ayudará a sentir menos calor, asfixia o agobio durante la práctica de Yoga en verano.
- Aumenta la cantidad de alimentos crudos y frescos en tu dieta: seguir una alimentación crudivegana en verano puede refrescar el cuerpo desde el interior, aportando mayor cantidad de vitaminas, minerales y agua al organismo entero. De esta forma lo preparas para lidiar con las altas temperaturas.
Estos son algunos consejos para hacer de tu práctica de Yoga en verano un espacio agradable donde conectar contigo misma, descubrirte a ti misma y disfrutar de ti misma. Recuerda que sentir molestias en la práctica no es malo, pero si tienes la oportunidad de hacer que todo sea más ameno y liviano, aprovéchalo: de esta forma tu mente podrá trabajar otras zonas de dolor o incomodidad más sútiles y menos evidentes.
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