Descubre algunos consejos para incorporar hábitos saludables a largo plazo en este nuevo año.
La transición de un año a otro siempre trae consigo la sensación de volver a empezar. De tener la oportunidad de cambiar y mejorar. Con mucha frecuencia, uno se propone mil y un hábitos nuevos para ese nuevo comienzo. Pero, desganado por el esfuerzo y la monotonía, los descuida y finalmente elimina de su vida.
¿Porqué? ¿Cuál es la razón por la cual uno empieza el año convencido y determinado, y sin embargo, poco a poco va dejando de lado todo aquello que había planificado?
El acto propio de “planificar”. Cuando uno proyecta sus intenciones en el futuro, crea, automáticamente expectativas ante eso. Un sinfín de imágenes y sensaciones abruman sus pensamientos. Idealiza los sucesos y sueña con ellos. Pero la realidad siempre difiere de la proyección mental.
Uno debe ser capaz de aceptar esta verdad: que planificar no es crear. Crear es actuar a cada momento, sin obsesionarse con el objetivo. Sin aferrarse al resultado; disfrutando de cada paso.
Sin embargo, cuando uno emprende una rutina nueva, los cambios que debe efectuar (que podríamos considerar como los pasos a dar) para incorporarla y naturalizarla, requieren de esfuerzo, sacrificio y paciencia. Tres elementos que no gustan al ego.
Por eso muchas veces uno desiste al cabo de dos semanas: porque se proyecta en el futuro, y viendo todo el camino que le queda por hacer, prefiere dejarlo estar y volver a su forma automática y mortecina de actuar.
Esto suele ocurrir con gran frecuencia en la práctica de Yoga. Cuando uno empieza a trabajar las posturas, secuencias, ejercicios de respiración, etc, siente, con más frecuencia, dolor que placer. El cuerpo, agarrotado por el estilo de vida que muchos llevamos, manifiesta su tensión y produce sensaciones desagradables.
Al principio, uno se dice que puede soportarlo. Pero cuando empieza a pensar que esa sensación puede reproducirse durante semanas o incluso meses, se le viene el mundo abajo. Decide dejarlo de lado. Y es ahí donde está el fracaso: en priorizar el placer momentáneo a la felicidad a largo plazo. Desistir ante el dolor, en vez de permanecer junto a él con la intención de crecer.
¿Cuál es, entonces, el secreto para incorporar hábitos saludables al empezar el año?
- No obsesionarse con el resultado: el primer fundamento, aunque parezca paradójico, es no crear apego al resultado. ¿Qué significa eso? Ir hacia el lugar, disfrutando del caminar. Los hábitos son una formación energética que debe ser esculpida con paciencia y alegría. Si uno desea comer más vegetales pero lleva toda la vida optando por una dieta carnívora, no puede ni debe dejar los antiguos alimentos por los nuevos, de forma repentina. Eso no sólo puede crear un desajuste en el cuerpo; también es un gran choque para la mente. En vez de querer hacerlo bien desde el primer día, es mejor ir pasando por los diferentes grados que todo cambio necesita. Reducir los alimentos que nos hacen daño e incorporar otros sanos. Disminuir la cantidad de los primeros cada semana, aumentando los segundos paulatinamente. No ver todo lo que queda por hacer; sino disfrutar del momento y fundirse con el proceso.
- No abarcar demasiados cambios: otro fundamento en el arte de integrar un nuevo comienzo es evitar la avaricia. Sobreacumular objetivos. Abarcar mil cambios repentinos. Eso no funciona. El ego es de naturaleza codiciosa; es impaciente e impulsivo. Pero para lograr incorporar hábitos saludables es importante humildarse y darse cuenta de que todo, de golpe y al mismo tiempo, no es abarcable. Para alcanzar objetivos a largo plazo, uno debe dedicar su atención y cuidado al primer hábito. Una vez esté trabajado, ir a por el segundo. Y así sucesivamente. Desarrollando la paciencia y armonizándose con su cadencia. En la sociedad en la que vivimos se nos dice que todo debe ser repentino: por eso hemos creado este mundo tan enfermizo. Sin embargo, cuando uno observa el comportamiento de la naturaleza, se da cuenta de que todo funciona y se ordena a un ritmo más lento. Pausado. Sereno. La beldad de una flor es posible tras días de lluvia, días de sol, días de siembra y de crecimiento. Días, días y más días. La belleza de la vida es paulatina, precisa y femenina. Tomar ejemplo de ella, e ir sembrando poco a poco nuevas rutinas en nuestro día a día proveerá de éxito nuestra vida.
- Ser creativo y espontáneo: durante este maravilloso proceso, aparecerán obstáculos. Situaciones que aparentemente imposibilitan los nuevos cambios; momentos que desestabilizan la ilusión por la transformación. Esas piedras en el camino deben ser recorridas con esmero y sigilo, con gran atención y siendo creativo. Imagina que tu intención es la de seguir una dieta más saludable pero por una razón X, la primera semana del año tienes comidas en restaurante a diario. Todos sabemos que salir a comer fuera es sinónimo de comidas pantagruélicas. Sin embargo, puedes coger la carta del restaurante, chequear todos los platos saludables y crear una opción ideal para ti: aquella que combine los ingredientes que más te apetecen dentro de las opciones sanas. A los cocineros no les molestará crear un plato nuevo basado en alimentos que ya disponen: incluso puede que tu idea les inspire y lo incorporen en su carta, para gente que busca una comida más liviana.
Estas son tres reglas fundamentales para tener éxito en tu propuesta de año nuevo. Marcar unos objetivos realistas, sin que sean el motor de tu vida. Aprender a disfrutar de cada esfuerzo, de cada sacrificio, de cada momento. Sincerarse con uno mismo y ser paciente consigo mismo. Desarrollar la creatividad y disfrutar de la espontaneidad.
Todo cambio requiere de tiempo, energía y a veces, desidia. Pero uno debe pensar que eso se tornará natural y sin esfuerzo con el tiempo.
Me ha parecido un texto maravilloso e inspirador. Sin duda, son recomendaciones de mucha utilidad no sólo para alcanzar objetivos que nos planteemos sino para que estos sean realistas desde el principio, sostenibles a pesar de las dificultades y si es necesario soltarlos, poder hacerlo con sabiduría y serenidad. Gracias!
Dejar un comentario