Descubre algunos consejos para mantener la práctica de Yoga activa durante las Navidades.
Durante las vacaciones de Navidad puede ser complicado seguir la práctica de Yoga con regularidad. Las reuniones familiares, comidas con amigos o el simple hecho de que todos estén en casa, puede dificultar este hábito tan saludable.
Cuando una persona sale de su rutina, a veces le puede parecer complicado realizar lo que en su día a día tiene bien incorporado y asentado. ¿A qué se debe este hecho? Al funcionamiento del ego. El ego es un gran maestro en el arte de crearse costumbres: y eso por un lado es muy bueno. Sin embargo, cuando aparecen las vacaciones, es como si de golpe, todo el trabajo realizado durante el año se esfumase. Eso no es malo, siempre y cuando uno mantenga sus hábitos saludables intactos.
Aprender a desconectar de la corriente monótona de la rutina es muy importante: eso nos ayuda a entender el funcionamiento real de la vida. La práctica de Yoga no debe considerarse como una tarea más a hacer durante la cotidianidad.
La práctica de Yoga nos enseña todo lo contrario: que cada momento es un milagro, único y mágico. Cuando uno emprende su sadhana (práctica espiritual emprendida por el sadhaka; este último es lo que se denomina como buscador espiritual), no debe considerarla como una rutina diaria. El sadhana, de por sí, está ideada para romper con el automatismo de la mente y despertar su capacidad de espontaneidad y permeabilidad. ¿Qué significa esto? Que la práctica de Yoga nos enseña a considerar cada instante como un momento de beldad inigualable. A ver en cada, día, magia y vida.
Un yogi no se compromete con la práctica para verse más bello o sentirse mejor; un yogui se compromete con su sadhana para vivir su existencia como si a cada segundo se acabará. Para entender su auténtica naturaleza. Para volver a conectar con su esencia. Por lo tanto, cuando uno sigue una práctica de Yoga, las vacaciones no deberían ser un obstáculo para seguir con su evolución, pues él no diferencia los días de trabajo con los días de ocio. Para él cada día es un tesoro.
Esta concepción del mundo puede llevar un tiempo; por eso te ofrecemos algunos consejos para mantener tu práctica de Yoga activa durante las Navidades.
- Sigue madrugando: son muchas las personas que durante las vacaciones aprovechan para dormir muchas horas y recuperar toda la energía desgastada durante su día a día. Esto no es malo: pero te priva de un momento precioso para atenderte y conocerte. Uno de los efectos del Yoga es aumentar la vitalidad: mediante la práctica consciente de asanas se reequilibran las energías pránicas, reduciendo así la fatiga. Por eso, despertarse pronto para practicar no ocasiona un desgaste energético; todo lo contrario. Aparentemente uno se siente agotado, pero cuando empieza a practicar todo se vuelve a equilibrar y la energía vuelve a circular. Eso quiere decir que la práctica tiene un efecto más revitalizador que dormir sin despertador. Si por lo contrario, te es imposible hacerlo al alba, no pasa nada. Escoge cualquier otro momento del día y adapta tu sadhana al tiempo disponible: 10 minutos de Yoga o respiración consciente son suficientes.
- Visualiza las sensaciones que te produce una buena práctica: otra herramienta muy útil para combatir la pereza que suele aparecer durante las vacaciones, es visualizar todas aquellas sensaciones que uno tiene cuando ha finalizado la práctica. La ligereza del cuerpo, la claridad de la mente. El contento y la satisfacción. El sentimiento de estar presente, conectado y alineado. Es humano evitar madrugar; pero es de sabios hacerlo para evolucionar. Ir más allá de la pereza natural del propio cuerpo, que prefiere el calor del edredón al movimiento de sus miembros, demuestra que uno es más que eso. Que uno dispone del poder de escoger; que uno puede transformar lo que le repele en un recuerdo indeleble.
- No sigas una rutina establecida: aprovecha las vacaciones para improvisar en tu práctica. Eso te ayudará a no repetir durante esos memorables días, lo que sueles hacer en tu rutina. Eso evitará quitarte la sensación de que la Navidad es un momento para la desconexión. Desconectar del bullicio exterior y conectar con tu corazón. Ir de uno lado para otro, para compartir momentos con el otro. Las Navidades son una época muy bonita, donde se regala, se comparte, se ríe y se canta. Si además mantienes tu práctica viva y espontánea, todas esas sensaciones pueden incrementarse. Y tu jovialidad y vitalidad pueden elevar la energía de los demás. De esta forma, no sólo practicarás por ti mismo, sino para estar feliz y contento con tus seres queridos. No sólo practicarás por amor propio; lo harás por amor al otro. La práctica de Yoga despierta y agudiza la compasión, expande los límites de la mente y conecta al individuo con el momento presente. Evita la rutina, practica con espontaneidad y alegría, y disfruta de la vida.
- Sustituye la obligación por la intención: el último punto reside en el diálogo que tienes contigo mismo. ¿Cómo abarcas tu práctica? ¿La sientes como una obligación? Si es así, no te preocupes; simplemente debes sustituir el pensamiento: "me siento obligado a practicar" por la intención "soy dueño de mis momentos y soy yo, quien conscientemente, escojo practicar Yoga durante las vacaciones". Parece una tontería, pero esto puede transformar por completo cualquier rutina. Tener la sensación de que uno hace las cosas porque las escoge y no auto impone facilita cualquier tarea; la empodera.
Estos son algunos pequeños trucos para mantener la práctica de Yoga viva durante las vacaciones invernales. Cultivar el cuerpo refina la mente; refinar la mente te hace sentir presente. Y estar presente durante las Navidades, junto a tus seres queridos y tus pequeños caprichos, es un regalo inestimable. El mejor regalo de cualquier Rey Mago.
Fotos: @its.lavama
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