Hace unos años cuando empezamos Believe Athletics con toda la ilusión del mundo, una de las primeras piedras con la que tropezamos fue la del coste de las prendas.
Queríamos crear prendas de calidad, hechas aquí y pagando salarios justos ... hasta ahí nuestro idealismo... pero nos encontramos con la gran barrera del coste de las prendas frente a un consumidor (como éramos nosotras mismas) acostumbrado a pagar precios bajos por moda rápida. Para nuestra sorpresa, nos salía mucho más barato ir a una tienda de una gran cadena a comprar ropa que producirla en nuestros talleres (y todo ellos sin contar costes de diseño, marketing, logística...).
Llegado este punto teníamos tres opciones: subirnos al carro de las grandes cadenas yendo a países en desarrollo a producir toda nuestra ropa, cerrar la compañía, o luchar por nuestro sueño ajustándonos al máximo el cinturón para que los precios que os ofrecemos fueran asequibles (por cierto, elegimos la última).
Encontrarnos en esa situación difícil nos ha llevado a sentir gran curiosidad por este tema e intentar aprender sobre ello, porque nosotras también queríamos ser más competitivas... pero ¿qué hay detrás de la moda a bajos precios?.
Durante este tiempo hemos aprendido que el Fast Fashion le sale muy caro: 1) Al planeta, 2) A las Personas que trabajan por míseros salarios en la cadena de producción y, ... aunque parezca todo lo contrario, también le sale más caro a 3) Nuestro Bolsillo.
1. Consecuencias para nuestro Planeta:
La industria textil se ha convertido en la segunda industria más contaminante del planeta después de las petroleras. Produce el 20% de las aguas residuales y el 10% de las emisiones de CO2 mundiales, esto es más que todos los vuelos internacionales y los barcos de carga combinados.
El 35% de los microplásticos que hay en nuestros océanos proceden de las prendas sintéticas de baja calidad que sueltan microplásticos en su fabricación y en los lavados que hacemos en casa.
Hoy en día las prendas tienen un ciclo de vida muy corto, bien porque envejecen a los pocos lavados, porque tienen una confección simple que se deshilacha fácilmente o simplemente porque ya no nos gustan y las tiramos. Lo cual nos deja con un armario repleto de prendas y nada que ponernos. Cada español tira entre 7 y 14 kilos (*) de ropa al año, el 75% de esa ropa acaba en los vertederos, sin posibilidad de reciclarse ni reutilizarse, contaminando aún más.
2. Consecuencias para las Personas en la cadena de producción:
Si queremos comprar zapatos por 30€ vestidos a 10€ y camisetas por 5€, debemos ser conscientes que la persona que los ha cosido recibe sólo centimos por ellos. Esa es la cruda realidad que nos cuesta aceptar y preferimos no pensar.
Además, la contaminación de las aguas cercanas a las fábricas causa importantes problemas de salud pública. El uso de procesos que consumen mucha agua, la cual llena de químicos nocivos es abocada a los ríos sin tratar de forma adecuada, es un grave problema, especialmente en países en vías de desarrollo en los que el agua de los ríos ha sufrido un cambio radical. En China, se estima que el 70% de los ríos y lagos ya están altamente contaminados, un hecho que puede tener graves consecuencias; ya se ha observado una alta incidencia de cáncer y problemas gástricos y de la piel que afligen a los que trabajan en la industria o viven cerca.
3. Consecuencias para nuestro bolsillo:
Compramos 4 veces más ropa que en la década de los 90. Comprando prendas que sólo nos ponemos unas pocas veces y necesitamos reemplazar a menudo... acabamos gastando más dinero que invirtiendo en pocas prendas bien hechas y de buena calidad.
Y hablando claro.. ropa que ha sido diseñada para ser usada unas pocas veces, nunca podrá ser sostenible, no importa si está hecha de material reciclado o de algodón orgánico.
Conclusión:
No pretendemos demonizar a nadie, reconocemos que no todo es blanco o negro, y que hay cosas producidas en Asia o en Países de Centro y Sur América que están hechas en talleres o fábricas de forma sostenible y justa (y en algunos casos, vamos a utilizarlas). Pero la realidad es que no es lo habitual. Seamos exigentes, y tomemos decisiones de compra informadas porque si no todos contribuimos a este desastre mientras miramos hacia otro lado.
Te proponemos 2 pasos muy simples, para que sin cambiar dónde compras, puedas seguir disfrutando de tus marcas favoritas de una forma mucho más responsable:
- Usa cada prenda al menos 30 veces. Se estima que si le diésemos ese uso mínimo a cada prenda podríamos reducir las emisiones en un 44%. (**)
- Lava las prendas menos a menudo. Con cada lavado miles de fragmentos de fibras sintéticas son abocadas al mar. En Believe Athletics te ofrecemos prendas con tecnología antimicrobial Skinlife® que no necesitan un lavado frecuente. Además, las fibras usadas en Believe Athletics están diseñadas para evitar la contaminación por microplásticos.
Si quieres saber más sobre los pasos que sigue Believe Athletics para crear colecciones más sostenibles, puedes hacer click aquí.
- Believe Athletics -
Fuentes:
(*) https://www.xlsemanal.com/actualidad/20160913/cataclismo-la-fast-fashion.html
(*) https://www.residuosprofesional.com/tendencias-textil-economia-circular/
(**) https://www.theguardian.com/business/2019/jun/22/cost-cheap-fast-fashion-workers-planet
Dejar un comentario