Descubre algunos consejos de Yoga para principiantes: comienza tu sadhana esta misma semana.
La práctica de Yoga es, actualmente, una disciplina muy extendida: sus beneficios físico-mentales han sido capaces de atraer a millones y millones de personas. Todos han sido debutantes en algún momento; todos han pasado por un proceso. ¿Cómo es posible que algo que parece tan complejo, sea fuente de contento?
El éxito del Yoga para principiantes reside en el entendimiento: ¿qué es realmente la práctica de Yoga y por qué la deseamos incorporar en nuestra rutina diaria?
Hay personas que entran por una razón física (ganar flexibilidad, mejorar la postura corporal, tratar una dolencia…); hay personas que entran por una razón mental (reducir el estrés, saber gestionar la ansiedad, sentir paz y bienestar…); hay personas que entran por una razón social (todas las influencers lo practican, las mejores revistas lo publicitan…); y hay personas que entrar por una razón personal (por aprender algo nuevo, por aburrimiento, por un reto…).
Todas las razones son buenas: pero es importante entender el motivo desde el principio. Aunque la razón sea: “no sé porqué, pero esta disciplina me atrae”. Eso es genial.
Ser conscientes del motivo por el cual empezamos a practicar Yoga será nuestro aliciente cuando aparezcan el dolor, la frustración, el sobre esfuerzo y la dispersión. Porque sí, aparecerán. Pero ellos nos ayudarán a derrocar nuestras barreras y conectar con todo nuestro potencial.
Son por lo tanto maestros, aliados. No debemos, pues, menospreciarlos.
¿Cuáles son las claves a la hora de instaurar una práctica de Yoga para principiantes?
A continuación te desvelamos algunos secretos que pueden ayudarte en el proceso:
- Ser paciente: este es el primer valor que todo practicante debe aprender a incorporar en su práctica de Yoga. La paciencia es fundamental. Vivimos en una sociedad donde prima la velocidad: tenemos que tener el valor de pausar ese ritmo frenético en nuestra práctica espiritual. El cuerpo necesita tiempo, espacio y corrección para abrirse, expandirse y fortalecerse. Las posturas no deben ser codiciadas; más bien admiradas. Cuanto más pausada sea la práctica, más tiempo disponemos para desarrollar presencia y consciencia corporal. Esto nos ayuda a entender mejor ese templo que habitamos. También reduce el riesgo de sufrir una lesión. Los tejidos internos, los músculos, las articulaciones y los huesos son elementos que cambian constantemente y que recuperan la salud si se les trata con amor y gratitud. Así pues, las prácticas más recomendables de Yoga para principiantes son: el Hatha Yoga, el Yin Yoga, el Yoga Restaurativo, el Vinyasa Básico… No tengas prisa por querer abarcar todos lo estilos; adéntrate en cada uno con curiosidad y sigilo.
- No tener expectativas: este es el segundo valor fundamental para entender la finalidad de esta práctica espiritual. Aunque desde muy pequeñitos nos han enseñado a proyectar, planificar, preveer y ambicionar, en la práctica de Yoga debemos soltar. Abandonar, poco a poco, el deseo que nos incitó a empezar nos ayuda a disfrutar del proceso. Yoga es unión: cada pequeño eslabón merece toda nuestra atención. Si empezamos a practicar Yoga con la intención de ganar flexibilidad, tenemos que ser conscientes de que ésta no aparecerá cuando nosotros lo estipulemos. Que necesita de un proceso que por naturaleza es imprevisible y secreto. Así pues, aunque exista una sútil intención detrás del acto de iniciarse al Yoga, el practicante debe ser consciente de que puede traicionarle. Esta disciplina va más allá de la causa y del efecto: esta disciplina requiere del completo abandono de quien la emprende. Sólo así uno puede vislumbrar, con tiempo y esfuerzo, todo lo que la práctica realmente ofrece: dejándonos llevar aprendemos a vivir de verdad.
- Tratarse con amor y practicar el perdón: otro punto vital es la práctica del amor. Cada día, al iniciar esta rutina, uno debe mentalizar cuerpo y alma en ser una expresión de amor. Más allá de las acrobacias, Yoga es volver a conectar con el amor incondicional. Cuando una postura no salga, no pasa nada. Cuando un movimiento te duele, suavízalo y siente. Cuando algo genera en ti frustración, despierta tu perdón. Aparecerán mil pensamientos autodestructivos, como: “No valgo nada, mi cuerpo es rígido como una roca”, “Que mal me siento, estoy constantemente tambaleándome”, “No soy digno de esto, mi equilibrio es imperfecto”… Lo importante es observarlos, ser consciente de ellos, pero jamás abandonar la práctica a causa de ellos. Tienes dos opciones: desistir o continuar. Te invitamos a que continúes, aunque tenga que ser en Balasana (“postura del niño”). Esto te ayudará a mantener la perseverancia, a ganar confianza y darte cuenta de que la autocrítica es insana. Es a través de pensamientos de automotivación, autoayuda y/o autocomprensión como uno practicará mejor. Sustituye el “no soy lo suficientemente flexible para todo esto”, por “soy consciente de mi falta de flexibilidad, por eso voy a practicarlo con asiduidad”.
- Relacionarse con el dolor desde la compasión: el dolor forma parte del proceso, y todo el mundo lo siente en algún momento. Es algo normal: nuestro cuerpo, con los años, envejece, se anuda, se tensa y enferma. Las posturas no suelen venir dadas: se requiere de sacrifico y de esfuerzo. Sacrificar el placer continuo y esforzarse en lidiar con el dolor desde la aceptación. Cuando uno practica Yoga para principiantes, se dará cuenta de que gran parte de la secuencia se siente dolorosa. Pero que cada día, esta sensación se apacigua. Para que algo se convierta en natural y fluido, debe ser sentido y vivido. Para que los músculos se alarguen, las articulaciones se hidraten, y la movilidad nos agilice, debemos respirar todos esos nudos y tensiones, todo ese dolor e incomodidad. El esfuerzo se convertirá, poco a poco, en no esfuerzo. El dolor, se transformará con tiempo, en contento. Es como aprender a caminar: si uno no se cae, jamás se levantará.
Estos son algunos consejos de Yoga para principiantes. Más allá de ellos, te invitamos a que simplemente vayas a clase. A que practiques con asiduidad: aunque a veces sólo tengas 5 minutos que dedicarle. La intención de querer aprender algo nuevo es suficiente: te darás cuenta de que lo fundamental es practicar. Todo lo demás llegará: el cuerpo se abrirá, la mente se calmará, el corazón brillará. Tú sólo debes practicar.
Muchas gracias por tus consejos . Aunque no estoy comenzando la práctica de yoga , siempre aprendo mucho leyéndote y escuchándote . Gracia Mae
Dejar un comentario